400 g de raíces de jengibre fresca
1 litro de agua
150 cm3 de vinagre blanco
1 cucharadita de sal fina
gotas de colorante vegetal rojo
Lavar y secar las raíces de jengibre.
Pelarla con una cuchara y cortarla en tajadas finas.
Verter el agua en una cacerola y llevarla a hervor.
Incorporar las tajadas de jengibre y cocinarlas por 1 minuto.
Retirarlas y sumergirlas en agua helada.
Volcar el vinagre en una cacerola agregarle el azúcar y la sal.
Llevar a punto de ebullición.
Reservar la mezcla del fuego, pasarla a un frasco esterilizado y agregarle unas gotas de colorante rojo.
Por último, colocar el jengibre dentro del frasco y taparlo.
Esterilizar durante 30 minutos.
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