400 g de dátiles
100 g de pasta de almendra
500 g de azúcar
Manteca para untar; cantidad necesaria

Abrir los dátiles y sacarles los carozos.
Rellenarlos con pequeñas porciones de pasta de almendra. Reservarlos.

Colocar el azucaren una sartén profunda y llevarla al fuego. Cocinar, revolviendo continuamente, hasta obtener un caramelo
muy claro. Retirarlo del fuego.
Pasar los dátiies por el caramelo y, luego, acomodarlos sobre una mesada de mármol, ligeramente enmantecada, o una placa
de silicona.
Dejarlos enfriar.
Cuando el caramelo haya solidificado, envolverlos con papel celofán (controlando que no aire) y guardarlos en un frasco
hermético, preferentemente de color caramelo.
Almacenarlos en un lugar seco y oscuro.
Sí nota que el caramelo comienza a solidificarse mientras está bañando los dátiles, caliéntelo nuevamente.
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