Quitar la base del pie de los hongos y limpiar con un paño, uno por uno.
Sumergirlos en agua hirviendo durante 10 minutos.
Retirar los hongos y dejarlos escurrir muy bien, sobre un lienzo o papel absorbente de cocina.
Colocarlos en un frasco intercalando con los granos de pimienta, las hojas de laurel y los clavos de olor.
Incorporar el aceite hasta cubrir totalmente los hongos.
Cerrar el frasco en forma hermética y esterilizarlo durante 1 hora a bañomaría, a fuego suave.
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